Un caso real: Una madre joven viuda y su hija de 18 años.
La madre trabaja como dependienta en horario partido y la hija estudia un FP. Viven en una situación de gritos y discusiones constantes, y desde que falleció el padre esta situación se hace cada vez más aguda: gritos, portazos, salidas nocturnas de la hija, llega muy tarde o llega otro día y ni siquiera se ven, vuelven a discutir …se marchan enfadadas otra vez.
A la madre le recomendaron y le hablaron de la mediación familiar; acudió y le informaron de qué se trataba. Se lo contó a la hija que, aunque no quería ir, aceptó.
Al llegar a la mediación, la mediadora le explicó la seriedad de una mediación, y que tenía la opción de no hacerla, pero una vez iniciada, ella estaría de acuerdo en llevarla a cabo voluntariamente
El desarrollo de esta mediación se llevó a cabo en 6 sesiones, a través de las cuales se fueron manifestando por parte de cada una sentimientos, incomprensiones, confusión de roles, desacuerdo en normas de comportamiento y horarios. Así como ausencia de cariño y atención entre las dos.
La mediación se llevó a cabo de la siguiente manera:
- Gestión de hechos:
- La madre:
– Tengo que trabajar y mucho.
– A tu padre ya no lo tenemos
– Estoy muy cansada
– Cuando llego a casa quiero un poco de tranquilidad
-Pienso que podrías colaborar un poco más en las cosas de la casa
– Quisiera que te tomaras en serio tus estudios
- Hija:
– Quiero hablar contigo, pero nunca estás en casa o estás muy cansada
– Todo lo que hago te parece mal
– No te interesa con quien salgo
– No tengo ganas de estudiar, me parece absurdo el FP
– Siempre gritas.
2. Desarrollo
A partir de estos hechos empiezan a salir los sentimientos. Todo lo han dicho en tono nervioso, intranquilo y lleno de dudas.
En este escenario de hechos tan reales, la mediadora busca a través de la empatía entender la situación de cada una y transmite de forma sutil los hechos y sentimientos de una a otra; y así ellas no se enfrentan. Tienen un puente de comunicación que les está ayudando para que se puedan escuchar ; y es aquí donde se aprecia la primera solución: ambas se están escuchando, cosa que no pasaba desde hacía mucho tiempo.
Se establecen tiempos de participación, respeto y se procura en todo momento que cada una de las partes sea validada para que se mantenga la neutralidad de la mediadora.
Ambas siguen el proceso de mediación y después de algunas sesiones, han llegado a un acuerdo. Un acuerdo que han pensado ellas durante el proceso, y que no ha propuesto la mediadora. La mediadora es imparcial y procede con rectitud, no tiene ningún designio anticipado ni a favor ni en contra.
3. Conclusión
Se redacta un acuerdo para mejorar la comunicación entre ellas, en el que se especifican unas pautas de forma natural , partiendo de la base del conocimiento de lo que cada una espera de la otra.
Como se puede observar es un conflicto, en el que se ha llegado a tiempo y ellas, reconociendo que tenían un problema, después de varias sesiones han llegado a un acuerdo. Es un ceder para ganar.